¿Deberían las empresas pensar más en el cambio climático?

Hace ya más de 30 años desde que los primeros modelos climáticos empezaron a evidenciar que el clima de nuestro planeta podría estar seriamente amenazado por la actividad humana y se creó el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC. Año tras año y década tras década se ha ido generando más conocimiento científico y mayores evidencias sobre el cambio climático antropogénico y sus riesgos, así como de los mecanismos para reducir las emisiones.

Hoy en día, gracias a diferentes estudios publicados por Naciones Unidas, sabemos que el cambio climático supone la mayor amenaza que ha enfrentado la humanidad, superando con creces a la pandemia que estamos viviendo desde el año 2020.

Algunos sectores empresariales entendieron inmediatamente los riesgos y las oportunidades del cambio climático y un ejemplo paradigmático de ello son las empresas del sector de Energías Renovables que llevan dos décadas apretando el acelerador. Pero al mismo tiempo, una gran parte de los sectores empresariales no tiene claro qué implicaciones tiene el cambio climático para su continuidad en el mundo de los negocios.  Y es que, seguramente, buena parte de los directivos no han entendido la diferencia entre dos conceptos clave del cambio climático, la mitigación y la adaptación que conviene recordar: La mitigación y la adaptación.

La mitigación del cambio climático es el conjunto de acciones orientadas a disminuir las emisiones de CO2 y otros Gases de Efecto Invernadero, con el fin de reducir los efectos potenciales del calentamiento global. Esta componente del cambio climático es la que ha tenido mayor grado de avance. Las empresas de los sectores energético, transporte, turismo, e incluso alimentación han comenzado a asumir que esta realidad condiciona cambios en sus operaciones de cara a las próximas décadas. Pensemos por ejemplo en muchas empresas del sector del Petróleo, incluso países enteros cuyos presupuestos anuales dependen de los ingresos generados por empresas estatales de dicho sector y que, actualmente, están tratando de diversificarse a marchas forzadas.

La adaptación al cambio climático es la respuesta de los sistemas sociales y los ecosistemas a los impactos del cambio climático, buscando reducir la vulnerabilidad a los efectos del cambio climático. Por tanto, la adaptación es un fenómeno local, porque los impactos climáticos no se expresan de forma homogénea en todos los puntos del planeta ni tampoco con la misma celeridad en todas las Regiones. Como ya explicamos en este otro post, para entender los impactos climáticos es necesario disponer de modelos climáticos regionales, más detallados que los que se usan para conocer la situación global del planeta.

Los organismos internacionales fueron los primeros en entender la importancia de la adaptación, así como numerosos Gobiernos Nacionales y Subnacionales quienes empezaron a definir estrategias y planes de adaptación. Del mismo modo, los bancos multilaterales y numerosas instituciones de desarrollo llevan años promoviendo proyectos relacionados con aspectos de adaptación como explicamos meses atrás en este post.

Recientemente, incluso los alcaldes de numerosas grandes ciudades han empezado empiezas a tomar cartas en el asunto y un ejemplo de ello es el C40 y el Pacto de Los Alcaldes que son movimientos impulsados por autoridades locales que asumen un compromiso voluntario de mejorar la eficiencia energética, utilizar fuentes de energía renovable así como definir planes de adaptación en sus territorios.

Pero todavía son muy pocas las empresas privadas que han iniciado planes de acción o iniciativas al respecto de la adaptación. Uno de los motivos de esta realidad es que los directivos empresariales tienden a pensar en horizontes temporales mucho más cortos, hasta tres o cinco años. En muy pocos casos, existe una preocupación real por lo que puede ocurrir en las próximas décadas. Otro de los posibles motivos es que se trata de un tema muy complejos, donde se requiere trabajar con herramientas desconocidas como las proyecciones de cambio climático y los directivos de las empresas no saben bien a qué tipo de especialista dirigirse, o bien recurren a su consultor de confianza que no siempre está capacitado en todos los aspectos tan específicos.

Desde nuestra posición como expertos en modelos climáticos, hemos desarrollado numerosos proyectos internacionales relacionados con el cambio climático. Por ejemplo, hemos desarrollado proyecciones climáticas para el sector Hidroeléctrico o en el sector de Carreteras y también para Ciudades. Además, llevamos varios años atendiendo peticiones de empresas de algunos sectores empresariales que podemos llamar como los pioneros de los aspectos de adaptación. Por demos decir por tanto que se empiezan a ver los primeros brotes verdes en el mundo empresarial respecto a la Adaptación.

El sector de los seguros es quizás uno de los primeros que ha detectado que el clima está cambiando porque, año tras año, se incrementan los daños causados en los bienes de sus asegurados, afectando negativamente a su cuenta de explotación. En este reciente post se hablaba un poco de todo ello.

Dentro del sector agroalimentario, el subsector de los vinos es otro de los que primero ha detectado la importancia de adaptar sus prácticas para mantener la calidad de los vinos. El proyecto europeo VISCA, coordinado por Meteosim que terminó a finales de 2020, es un claro ejemplo muy relevante de todo ello, y durante los últimos años hemos ido publicando varios artículos al respecto.

Otro sector pionero en este aspecto es el sector financiero. Desde hace varios años este sector se está moviendo impulsados por las directrices y recomendaciones de los Bancos Nacionales como el Bank of England que diseñaron el Task Force on Climate-related Disclosures (TCFD) para que todo el sector empiece a entender los riesgos del cambio climático sobre los activos gestionados.

Además, el sector Inmobiliario en algunos países desarrollados como Estados Unidos y Norte de Europa, está experimentando un gran movimiento especialmente en las zonas costeras que tienen mayor riesgo de ser afectadas por el ascenso del nivel del mar e inundaciones frecuentes por el efecto creciente de mareas de tormenta.

Pensamos que muchos otros sectores empresariales van a tener que empezar a tomar medidas relacionadas con la adaptación al cambio climático en los próximos años y para ello primero es totalmente necesario que entiendan los impactos del clima sobre sus cadenas de suministro y conozcan la opinión de verdaderos expertos climáticos.

Por último, una recomendación final para todos aquellos directivos que quieran saber más sobre este tema, es la lectura de alguna de las recientes publicaciones relevantes en este ámbito. Destacamos la lectura de dos libros recientes publicados en un caso por Michel E. Mann, un climatólogo internacionalmente reconocido y por Bill Gates fundador de Microsoft, filántropo y visionario que no necesita presentación. Ambos son libros muy interesantes y con perspectivas complementarias una más científica y la otra más tecnológica.